En los tiempos de la conquista española, en lo que hoy conocemos como Perú, la princesa indígena Khenany y un joven soldado español se enamoran, sin embargo, su unión no es aceptada por las dos partes; para los españoles aunque ella es de la realeza es indígena al fin, y para los indígenas él es un simple soldado raso español sin ningún título nobiliario. Con el tiempo su amor creció y al no poder estar juntos, deciden huir a las montañas, pero son perseguidos tanto por los indígenas como por los españoles.
Por algún tiempo logran evadir a las dos partes y sabiendo que su captura les costaría la vida, Khenany ruega al antiguo Dios Ave Lambayeque que los libre de sus perseguidores. Cuando están a punto de ser apresados, el Dios Ave se apiada de los enamorados y los transforma para pasar desapercibidos de sus perseguidores; a ella la convierte en una planta de bambú y a él en un quirquincho, una especie de armadillo típico de la región. Es así como la pareja pudieron permanecer juntos hasta su muerte.
Pasado el tiempo, un músico y poeta español, buscando consuelo de una decepción amorosa, camina por las montañas y es así como encuentra la concha del quirquincho y a su lado una vara de bambú, aun después de la muerte, la princesa y el soldado seguían juntos; el poeta sin saber lo que había pasado tiempo atrás, siente la necesidad de desahogarse de su propio dolor y con el bambú talla una flauta rústica, la quena, cuyo sonido es como un lamento; y con la concha y su vieja vihuela construye un charango, de sonido muy vivaracho.
Es por esto que la quena y el charango siempre tocan juntos, y se dice que la pareja de enamorados preservan su unión y se dicen palabras de amor mediante los bellos sonidos de la música andina.
Nota:
Precisamos que esta historia la condensamos de una revista que hace tiempo tuvimos en nuestras manos y ahora está desaparecida. El tema es más bien abordado como novela y no como descripción de una leyenda.
Esta historia tiene grandes inconsistencias, se sabe que la quena existe desde tiempos precolombinos, y nada tiene que ver los españoles en su nacimiento y posterior desarrollo. Si bien es cierto que la vihuela de mano de los españoles se señala como la precursora del charango, este es un instrumento concebido por gente nativa de América. Otra incongruencia es que los lambayeque, no son contemporáneos de los conquistadores españoles. Y podemos seguir señalando detalles, sin embargo, es la belleza de la historia la que ha inspirado a nuestro grupo a seguir interpretando la música andina.
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